Pese a la inexistencia de diálogo bilateral de alto nivel, siguen las gestiones para reapertura de la frontera


Acusaciones recíprocas de planificación de magnicidios, señalamientos en ambas direcciones de programación de atentados terroristas y sabotajes desestabilizadores, así como la inexistencia de relaciones políticas, consulares y diplomáticas que faciliten canales de comunicación entre representantes del Palacio de Miraflores y de la Casa de Nariño, parecen no ser razones suficientes para que cese la presión que exige la reapertura de los pasos fronterizos legales entre Táchira y Norte de Santander.

Dicen que a la tercera va la vencida y, aunque no se puede asegurar que en esta oportunidad los negociadores de ambos gobiernos alcancen acuerdos que permitan por fin la reapertura de los puentes internacionales Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y Unión, todos ubicados en el estado Táchira, al menos se han visto algunos movimientos que, del lado venezolano señalizan que desde Caracas podría darse la orden de desbloquear dichos pasos fronterizos.

Los gobiernos de Colombia y Venezuela se acusan recíprocamente de promover actos terroristas y de desestabilización política y se niegan a iniciar el diálogo político

Y es que desde hace varios días representantes del Ejecutivo Nacional, como el diputado Freddy Bernal, han explicado que el paso previo a la reapertura de los puentes es la vacunación masiva de los habitantes de los municipios fronterizos, tal como se ha venido realizando en las últimas semanas en San Antonio, Ureña y García de Hevia, entre otros, donde la vacunación contra el Covid se ha cumplido de manera continuada.

El cierre de la frontera permitió la consolidación de la corrupción y la economía de trochas, que genera ganancias millonarias a grupos criminales

Paralelamente, autoridades regionales de ambos países deben ponerse de acuerdo en la elaboración de protocolos sanitarios, migratorios y aduaneros, de manera que, además de dictar medidas para evitar la propagación del virus, haya control del paso masivo de personas en ambas direcciones y el intercambio comercial, los procedimientos fiscales y aduaneros estén armonizados y resulten medianamente eficaces.

El presidente Iván Duque en una visita al puente F.P. Satander, que une a Ureña y El Escobal. Foto: AFP

No existe certeza de que, como ocurrió anteriormente, las gestiones de Freddy Bernal, de su equipo de negociadores, de los enlaces del vecino país, así como de los representantes del sector productivo, sean determinantes para la decisión que, a final de cuentas, debe partir de Caracas, donde es rigurosamente evaluado el conjunto de acontecimientos que rodean la escabrosa relación entre ambos mandatarios.

De no cumplirse estrictos controles sanitarios, la reapertura de la frontera puede resultar de alto riesgo

Pese al esfuerzo de las personas involucradas en el proyecto de reapertura de los pasos formales Norte de Santander y Táchira, aún falta mucha tela por cortar. El Gobierno venezolano exige reconocimiento por parte de su par colombiano, y esto no ha ocurrido. Así que la última palabra sobre el asunto la sigue teniendo Nicolás Maduro.




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