¿Cómo serán los controles a la enorme masa humana para contener el Coronavirus en los pasos fronterizos?


Tras múltiples gestiones que se venían realizando desde hace varios meses dada la enorme presión existente desde ambos países, el Ejecutivo venezolano autorizó la reapertura progresiva de los pasos fronterizos que unen a Táchira con Norte de Santander y desde este martes 5 de octubre los puentes internacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander quedarán “liberados” para el intercambio comercial.

Tras el retiro de los contenedores que desde hace casi tres años obstruían el puente Simón Bolívar, la vice presidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, hizo el anuncio oficial, que marca la reanudación, en principio, del intercambio comercial, esperándose que sea a partir de noviembre cuando cualquier persona pueda transitar libremente en ambos sentidos.

Se espera que la remoción de los contenedores y la liberación del tránsito de mercancías de diversos tipos, permita la reactivación de la economía en los municipios fronterizos, en especial en las poblaciones de San Antonio y Ureña, que se encuentran entre las más afectadas por el prolongado “bloqueo” a toda actividad productiva que trajeron consigo el cierre de la frontera y más recientemente las restricciones sanitarias impuestas para contener la propagación del Covid 19.

¿Se repetirán escenarios como éste en la zona comercial de La Parada-Villa del Rosario?


¿Y la pandemia?

Pese a lo anteriormente expuesto, insistimos en nuestra preocupación por la disposición y la capacidad que ambos gobiernos puedan tener para adoptar medidas y realizar un esfuerzo verdaderamente serio para evitar que la reanudación del tránsito masivo de personas en ambos sentidos de los puentes, se convierta en un peligroso foco que incremente la propagación de la pandemia de Covid 19.

Antes del cierre oficial de los puentes, sólo por San Antonio del Táchira cruzaban diariamente un promedio de 35 mil personas, quienes apilonadas en impresionantes masas humanas, debían realizar largas filas que terminaban en un embudo del lado colombiano del puente, donde las autoridades migratorias y policiales requerían a cada persona documentos como la Tarjeta de Migración Fronteriza (TMF) y su cédula de identidad.

Actualmente, la presencia de la variante Delta del Covid-19 en ambos países, así como el descubrimiento en territorio colombiano de la variante “Mu”, que representa un riesgo de “escape inmunitario” o “resistencia a las vacunas”, genera una importante alarma por las enormes concentraciones humanas, sin ningún tipo de distanciamiento, que con toda seguridad se formarán no sólo en los puentes internacionales, sino también en las zonas comerciales de Norte de Santander y en las unidades de transporte público, entre otros posibles focos de altísimo riesgo.

Así transcurre un día cualquiera en las zonas comerciales de Cúcuta y de Villa del Rosario con la presencia masiva de venezolanos

Interrogantes:

Ante la inmediata reanudación del intercambio comercial y en el corto plazo del paso masivo de personas, formulamos las siguientes interrogantes:

¿Hasta qué punto pueden resultar eficaces los controles preventivos que serían aplicados a las miles de personas que por múltiples razones necesitan pasar a Cúcuta y a otros municipios de Norte de Santander y del resto de Colombia?

 ¿Hay garantías de que una operación de control masivo de personas de esta naturaleza sería cumplida rigurosamente por las autoridades que se encarguen de aplicarlas y no habrá “atajos” o trucos que posibiliten evadirlas?

¿Qué tipo de controles de distanciamiento y bioseguridad serán aplicados y dónde? ¿Quién contratará y pagará los salarios de miles de personas que se necesitarían para aplicarlos?

 Además de los controles que se adopten en los puentes y puntos de entrada, si los llegase a haber, ¿de qué manera participarán los comerciantes e instituciones colombianas que recibirán diariamente a miles de visitantes desde Venezuela para evitar la propagación masiva del Covid 19 y de sus nuevas variantes?

 ¿Se aplicarán medidas de distanciamiento y bioseguridad en las unidades de transporte público de ambos países que movilizarán a miles de personas diariamente hacia la línea fronteriza? ¿Cuáles serán? ¿Quién las realizará?

 Si la frontera es reabierta, ¿se acaba el paso de miles de personas por las trochas? ¿Esta vez sí habrá coordinación conjunta de las autoridades de ambos países para acabar con este esquema ilícito de tránsito de personas y de mercaderías?

 ¿Están en capacidad las autoridades colombianas y venezolanas, así como todas las instituciones y gremios involucrados en la reapertura de la frontera, de garantizar el control sanitario preventivo de cada una de las miles de personas que, una vez se dé el libre paso, inicien la estampida hacia el vecino país? ¿Quién financiará todas las medidas que se adopten, si es que llegan a existir?

@DCiudadania


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