El imperio que dejó Vicente Fernández: 88 marcas, 25 empresas
Nada fue fácil para Vicente Fernández. Cuando tenía 2 años recibió la primera paliza por parte de su papá, un hombre de 1.90, ancho de espaldas, adicto al mezcal, llegaba borracho a su humilde casa de Huentitán, el Alto, y descargaba toda su furia contra sus hijos. En esa época uno de los pocos consuelos que tenía el niño Vicente era el radio de tubos que para su familia era el bien máximo.
Eran los años cuarenta y México vivía una era de oro en el cine y su música. La estrella más grande de todas era Pedro Infante rey de la ranchera y el cine. Siempre quiso ser como él, tener su fama, sus mujeres, sus aviones, su fortuna. Estaba muy lejos de eso.
El primer empleo que tuvo Vicente Fernández fue el de bolero, como le dicen en México a los lustrabotas. Después fue mesero, ordeñó vacas, hasta que a los 20 años lo descubrieron y entonces no paró. Su fama y fortuna lo acompañaron hasta su muerte. Al morir dejaba 25 millones de dólares y un nombre que era una marca.
Fernández INC reúne 25 empresas y 88 marcas que, desde la muerte del último charro en diciembre, le pertenece en su mayoría a Gerardo Fernández Abarca, quien fue el único de los hijos que estuvo pendiente constantemente durante una hospitalización que duró seis meses. Él se encargará principalmente de productos que maneja la marca de su padre como tequilas, cervezas, chipotles, perfumes, fragancias, llaveros y hasta aparatos tecnológicos.
El cantante más popular de México deja varios millones de dólares y propiedades. La relación entre sus hijos está rota |
Entre gira y gira Vicente acumulaba fortunas que después se deshacían como la arena en el viento. Solo hasta el 2003, cuando ya estaba en sus 60, decidió hacerle caso a su contador e invertir en el mundo mercadológico registrando su marca y vendiendo con ella zapatos, sombreros de charro, perfumes, revistas y hasta calendarios. La marca llevaba las iniciales del hijo de Ramón Fernández y Paula Gómez, VFG
La concesión de buena parte de la fortuna de Vicente Fernández a su hijo Gerardo no está exenta de polémica. Según la escritora argentina, Olga Wornat, quien escribió la escabrosa biografía del charro llamada El último rey, Gerardo habría tenido contacto con el cartel de Sinaloa y además estaría detrás del secuestro de Vicente JR, uno de los hijos menores del cantante quien en 1998 fue secuestrado y cuyo rescate ascendió a 10 millones de dólares. En ese momento Vicente no estaba en la mejor situación económica y, junto con su hijo Alejandro, emprendieron una interminable gira por Hispanoamérica. Así pudieron recaudar lo que necesitaban para rescatarlo. La situación nunca se aclaró.
Vicente Fernández invirtió en el año 1997 buena parte de lo ganado en negocios tan rentables como Caminante Taxi Aéreo, de quién es socio su hijo Alejandro. Esta compañía se dedicaba, nada más y nada menos, al alquiler de Jets privados. Otro de los bienes del grupo Fernández es un conglomerado inmobiliario que, además, representa a artistas. En 2019 VFG solicitó la incorporación como compañía productora de papel, cartón y productos de imprenta.
El permiso fue otorgado por 10 años. La fortuna de Vicente se complementa con su hacienda los Tres Potrillos, 500 hectáreas que cuenta con criaderos de caballos, restaurantes y hasta un recinto para conciertos. Además los Fernández cuentan con un estadio propio con capacidad para 40 mil espectadores y está ubicado en el kilómetro 20 de la carretera a Chalapa.
La fortuna, aunque está avaluada en US $25 millones, podría ser muy grande, tan grande como para ser considerada un imperio.
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