Oscar D´León: 77 años de un volcán sin fecha de expiración
Por Luis Martín
No estábamos equivocados cuando junto a mi carnal de infancia en Catia, Iván “Perol” Márquez, le quitábamos el reproductor portátil a su viejo Miguel para escuchar los cassettes de la Dimensión Latina y con las maracas de lata con piedritas de parque tratábamos en vano de imitar a ese solista que empezaba a pegar el Parampampán y Llorarás, y que años más tarde tuviera el tupé de rechazar a la Fania.
Este 11 de julio Oscar De León apaga 77 velitas de cumpleaños. Más que su edad, festeja su tiempo en el medio artístico plagado de éxitos, que solapan cualquier desliz que como humano pudiera haber cometido en la prolija trayectoria del diablo de la salsa, que por experiencia acumulada presagia alerta de erupción salsera de Antímano pa’l mundo.
Que sean sus colegas músicos, productores, locutores y gente como tú, del pueblo, quienes completen el expediente que se ha labrado el sonero del mundo junto a ese flaco barrigón que es su amigo.
El Tío Oscar
Oscar De León es el tipo. Perseveró, se cuidó y llegó. Musicalmente es una bestia. Así se expresó el músico Ramón Pecheche Mijares, quien rememoró un concierto en El Poliedro (finales de los 90) en el que Oscar se trepó en un andamio y contagió a todos con su euforia: “Cuando un artista se desdobla y compenetra al público con el espectáculo, logra su objetivo. Su energía es única. Es un volcán, como dice su canción”, insistió.
Pecheche afirma que Oscar es comparable con gigantes históricos como Benny Moré: “Si se aclama a Tío Simón, los salseros admiramos al Tío Oscar”…
Embajador salsero
Oscar D’ León es nuestro embajador, tal vez más admirado afuera del país. Surgió gracias a talento y estilo propio que selló con incontables éxitos, con historia y huella propia.
Así piensa el productor musical de Margarita, Miguel Tovar, y asegura que “no sólo se debe valorar su calidad sino su trayectoria de más de 50 años sumando triunfos. Muchos cantantes se han quedado en el camino y el sonero del mundo no se detiene”, apuntó Tovar.
Un fenómeno
“Creo que es un fenómeno; una carrera sin parches. Ha tenido todos los ingredientes y le puso su sazón. Es lo más grande del país, el número uno. Cantante, compositor, motivador y atleta que se cuida, sin vicios”, sentenció Roberto “El Continental” Rodríguez, productor y locutor de radio desde 2003.
Sin tapujos se pregunta “¿hubiese triunfado La Dimensión sin Oscar?... A este fenómeno de Antímano no lo detiene ni los dos infartos”…
Sentimental y llorón
Con la llegada de la fama el novel cantante incurrió en extravagancias lejos de la humildad como la ostentación de prendas de oro y la colección de vehículos de lujo, pero rectificó, indicó el trompetista y profesor del Sistema Nacional de Orquestas, Homer Herrera.
Reitera que el cantante es exigente 100% con sus músicos, y ese es el pilar del éxito que empezó a cultivar desde sus inicios en los años 70 cuando lo conoció en la Cervecería La Distinción, donde Oscar alternaba con el grupo Frank y sus Inquietos, previo a La Dimensión.
Por recomendación de su amigo trompetista César Pino, fue convocado por Oscar para un ensayo pautado para un 1° de enero a las 10 de la mañana en el Paladium de El Paraíso. Iban a formar La Sonora Venezuela, que luego terminó como La Crítica. A la cita sólo acudieron dos músicos. Oscar estaba allí desde muy temprano. “Eso es disciplina”.
Por su parte, el abogado y pianista Rómulo Bor indica que el éxito del cantante está ligado a su alta autoestima y refiere declaraciones de sus hijos y otros músicos que destacan la constancia que siempre acompañó a Oscar en su camino al éxito.
El “Jordan” de la Salsa
El maestro Pibo Márquez considera que Oscar nació con ese don para transmitir la alegría mediante la salsa. “Lo que hacía Maradona en el fútbol o Jordan en el baloncesto. Con su música, su canto y su personalidad disfruta mucho y transmite ese disfrute. Es, si no el mejor, uno de los mejores en el género. Siento profunda admiración por ese músico natural con esa bendición”, aseveró.
El periodista y saxofonista José Hernández afirma que Oscar supo aprovechar el talento que Dios le diera como cantante y músico responsable, con lo que ha elevado el gentilicio nacional.
El coleccionista Henry Mujica agrega que el sonero del mundo tiene aliados en la responsabilidad y la disciplina que le han servido en la escogencia de sus músicos; y que experimenta un crecimiento permanente en léxico y adaptación a las nuevas tecnologías de la industria como cantante.
Una sombrita
Sin restarle méritos, el bloguero Omar Ramírez considera que Oscar pudo ser un poco más agradecido con la vida y con personajes que marcaron parte fundamental de su éxito, como es el caso de Víctor Mendoza (autor de Mi bajo y yo), quien desde inicios de los 70 impulsó la carrera de esa estrella en ciernes.
“Mendoza llenó de cosas positivas la carrera del cantante y en su velorio, yo no vi ni una corona de agradecimiento o recordatorio de Oscar ni de su representante Oswaldo Ponte”, señaló.
Otro periodista, Reinaldo Linares, recuerda el impasse entre el bajista y la Dimensión Latina por razones crematísticas; pero se impone la calidad del artista que superó en popularidad durante su carrera, en solitario, lo alcanzado en la agrupación a la que perteneció (Dimensión Latina). “Ni siquiera John Lennon, Paul McCartney y George Harrison lo lograron después de pertenecer a Los Beatles. Tampoco Ismael Rivera (Cortijo y su Combo).
Es el líder
“Oscar se destacó casi de inmediato del resto de los que trabajamos en el género afro-cubano, creando con su estilo un propio estrato en el cual nadie le disputa el liderazgo… Jamás le resultó fácil escalar a la cima dentro de ese esquema denominado salsa; (…) los que no nacimos en tercera base debemos primero, descifrar y resolver innumerables problemas, desde la creación de autoestima y confianza (…) hasta aprender a perseverar (…) y demostrar que nuestra fe no estaba sustentada sobre la arena movediza que forman el orgullo y la exageración, para poder optar por el éxito (…) y sobrevivir en un negocio (…) donde se vive en eterna competencia con otras figuras y con nuestra mortalidad siempre presen. Gracias a Dios la calidad no tiene fecha de expiración. Oscar D’León, de Venezuela, hoy le pertenece al mundo…”, puntualizó Rubén Blades en el prólogo de Oscar D’León, biografía rubricada por William Briceño.
La sumatoria revela el acierto en el cambio del taxi por un bajo y un micrófono por parte del hijo de Carmen Simoza y Justo León, porque con claro dominio de todos los ritmos aún le canta a la vida, a sus padres, a sus hijos, al amor, al desamor, a su instrumento y a la vida…Feliz 77.
luiskarlosmartin@gmail.com
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